domingo, 3 de julio de 2011

Es este amor que 
enciende al corazón,
y el mismo amor 
será mi perdición.
Fui condenado a quererte sin razón,
es un hechizo de muerte y de dolor.

Y beberá mi sangre, y beberás mi amor.
Nada impedirá que te ame, 
que seas mío,
si corre por mis 
venas la pasión.
Somos herederos de sangre,
en muerte y en vida,
somos herederos de un amor.

Y es tu belleza la dueña de mi voz,
la misma estrella que me acorraló,
fue mi destino escrito con pasión,
y con suspiros, salvarte me impidió.

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